divendres, 18 de desembre del 2009

Impressions despres d'una catastrofe

Diumenge, 7 d’Octubre de 2.001

Aun nos dura la pesadilla vivida el pasado 11 de setiembre. Jamas pudimos imaginar que las imágenes que machaconamente nos servían todas las televisiones pudiesen ser verdad. El paroxismo lo alcanzamos cuando vimos desplomarse un rascacielos de 412 metros de altura, y ya sin aliento nos quedamos cuando el segundo rascacielos seguía el mismo camino. En aquel momento era difícil imaginar que podían haber seres humanos que se iban volatilizando a medida que el desplome alcanzaba el suelo. Del primer sobresalto ante tanta tragedia pasamos a los escalofríos, y a renglón seguido pensamos instintivamente en Arafat. Esta masacre solamente podía ser obra de palestinos. Arafat será asesinado mañana pensamos. Habiéndose producido la catástrofe en los EE UU i conociendo al nuevo inquilino de la Casa Blanca no se nos ocurrió nada más. Después vino el ataque al Pentágono y la posterior confusión del otro -ú otros aviones- suicidas dirigiéndose a no se sabe que objetivos. Decenas de preguntas nos venían a la cabeza y decenas de elucubraciones no paraban de asaltarnos. ¿ Habrá represalias? ¿ Vendrá la III guerra mundial? Insisto habiéndose producido el ataque a la primera potencia mundial, cualquier cosa podría pasar. Lo que sí tuve muy claro es que habría un antes y un después de este holocausto.

Al día siguiente y posteriores, las reacciones no se hicieron esperar los medios de comunicación empezaron a sacar sus conclusiones. Aparecieron todo tipo de especulaciones, preguntas sin respuestas, comentaristas, opinión pública y analistas, todo el mundo sacaba sus propias conclusiones. Surgieron discrepancias, divisiones entre los pro-americanos y los antiamericanos y se buscaban culpables y consecuencias lógicas a estos ataques.
Lógicamente la primera reacción de Norteamérica fue la represalia y la venganza, salió él más puro estilo Far West, y los colts y las espuelas empezaron a brillar, su orgullo había sido mancillado y la única solución que conocen por aquellos lares -aun siendo el país más religioso de la tierra donde Dios es presente en todos los actos de su vida. ( Dios guarde a América,... rezad por América,...que Dios os proteja, etc.)- es la de la Ley de Talión.
Se ha montado la mayor farsa de la historia con una hipotética coalición mundial contra un enemigo desconocido, al que hay que combatir en no se sabe dónde. Se ha aplicado el Art. 5º del Tratado de la Organización del Atlántico Norte, que prevé la ayuda a un país miembro en caso de un ataque exterior. (Siempre considerando el ataque un acto de guerra, el terrorismo es otra cuestión)

La mayoría de los países occidentales han extendido un cheque en blanco a lo que decida y haga el coloso americano. España y el nacionalista Aznar al frente ha hecho el ridículo más espantoso poniéndose al servicio de EE UU , casi sin habérselo pedido nadie. Un país con uno de los problemas de terrorismo más graves del orbe occidental que no ha sabido solucionar en más de 30 años, ahora pierde el aliento para ser el justiciero del terror.

Las conclusiones más claras de todo este espantoso episodio que nos ha tocado vivir, particularmente las resumo así:

Lo más doloroso de todo es la pérdida de tantas vidas humanas sin ningún sentido las más de 6.000 víctimas atrapadas en las torres y en los aviones, merecen que su sacrificio cruento sirva por lo menos para hacer un mundo más humano y más justo en lugar de generar más violencia, más miseria y más desigualdades que es lo que va a traer estas acciones justicieras de Norteamérica con la complicidad occidental.

Norteamérica con la aquiescencia muchas veces del mundo occidental, ha optado por el unilateralismo.

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